Reglas básicas con tu wedding planner

Nadie pone en duda que contrataste a tu wedding planner para que te apoye y logre que tu boda salga tal y como te la imaginas. Sin embargo, hay cosas que no le corresponde hacer por ti. Te decimos cuáles son.

Bendito sea el día en que se popularizaron los wedding planners. Además de ser un apoyo total para la organización, su creatividad hace que las bodas sean más innovadoras. Así, en cada evento los invitados se sorprendan con magníficos detalles.

Sin embargo, el furor por ese día hace que la novia (y en ocasiones el novio) piense que el planeador está a su total merced para resolver dudas y revisar pendientes a cualquier hora. No es un pediatra que tiene la obligación de tener su celular prendido las 24 horas por si ocurre alguna emergencia y tu boda no es la única que organizará en el año. Usa tu criterio para buscarlo en un horario adecuado y procura juntar tus dudas para no llamar tres veces al día. ¡Pueden terminar en el hartazgo!

Evelyn Paz, creadora de Event Flow, empresa que organiza entre 12 y 18 bodas anuales, nos confiesa cuáles son las pesadillas a las que se ha enfrentado y qué otras cosas disfruta y la hacen amar su profesión.

El deber

La tarea principal de un wedding planner es coordinar el evento y asegurarse que todo salga según se planeó. Sin embargo, aunque la mayoría maneja paquetes distintos, todos deberían incluir la creación del concepto y las propuestas para la correcta elección del florista, lugar de la recepción y del banquetero.

Según Evelyn, es la obligación de quienes se dedican a esto darse el tiempo de conocer perfectamente a los novios, además de recomendarles proveedores y proponerles ideas que vayan de acuerdo a su personalidad, “esa es la magia de nuestro trabajo”, asegura.