Así Nace Una Mina

La exploración minera es un negocio arriesgado que toma décadas, pero la ganancia potencial compensa ese tiempo.

- Rosalía Lara

Entre enormes cerros que rozan el cielo, en medio de un paisaje sacado de un cuadro de José María Velasco, se encuentra el primer proyecto para una mina metálica (oro o plata) a cielo abierto en Puebla. La travesía de Minera Gorrión, subsidiaria mexicana de la canadiense Almaden Minerals, para hacerla realidad ha sido grande: la empresa ha invertido cerca de dos décadas y cientos de millones de dólares en un proyecto que ya sólo espera luz verde de las autoridades.

Minera Gorrión comenzó con sus trabajos de exploración e investigación en 2001. El proyecto contempla una mina a cielo abierto con un tajo de 127.5 hectáreas para extraer oro y plata, y espera iniciar operaciones en 2020.

Sería el clímax de un proceso que requiere mucha paciencia. Llegar a la conclusión de que un proyecto minero es viable, técnica y económicamente, es una tarea difícil, costosa y lenta. Esta industria es uno de los negocios más arriesgados, pues sólo uno de cada 1,000 proyectos llega a convertirse en una mina en operación. Para Minera Gorrión, el camino comenzó con el vuelo de un helicóptero a finales de la década de los 90. La empresa buscaba oportunidades en el suelo del país, observándolo desde el aire. “Volamos desde el norte de Tamaulipas hasta Chiapas, siguiendo toda la cordillera del este de México”, cuenta Daniel Santamaría, vicepresidente de Minera Gorrión.