EL RENACER DE SHARON DRIJANSKI

La curadora de moda por excelencia del país se despide de The Feathered y se prepara para el nuevo mundo.

- Ikerne Mestre

“Si vivimos como respiramos, tomando y soltando, no podremos equivocarnos.” – Mujeres que corren con los lobos, de Clarissa Pinkola Estés. El libro favorito de Sharon.

En la naturaleza, el ciclo de vida y muerte es tan simple como inhalar —principio— y exhalar —fin—. Sólo se necesita confiar y saber que cualquier final significa otro comienzo. Sharon confía.

Como mujeres, dejar morir no va en contra de nuestra naturaleza, sino de nuestro entrenamiento o intento de domesticación. Sharon es una mujer libre.

Cuando Sharon inició The Feathered en Polanco, se abrió el espectro de la moda en México. Su propuesta promovía el talento joven de diseñadores independendientes dentro de una experiencia de compra totalmente nueva. No había precedentes ni competencia, fueron seis años de ir en contra de la marea: de educar y empujar al comprador de moda mexicano, quien es amante de las grandes marcas y de huirle a lo desconocido, a aquello que no grita “marca, logo, estatus”.

La tienda era todo lo contrario; no era simplemente moda ni mucho menos tendencia. Era estilo, era unicidad. Su aceptación implicó un gran sacrificio y mucho trabajo, “a mí me tocó educar y fue algo muy difícil, era todo el tiempo empujar”. Por un lado, tuvo que guiar al comprador, hacerlo comprender y valorar el arte de una prenda bien hecha y el buen diseño de moda, por encima de un nombre o una marca.