No más Resting Bitch Face

Este fenómeno que borra sonrisas se ha vuelto parte de nuestro set de hashtags habituales, pero podría traer más complicaciones que coolness a tu vida. Te explicamos la ciencia detrás del rostro RBF y por qué no debemos imitarlo.

- Por Jessica Moreno

Tenemos seis emociones universales básicas y es muy fácil identificarlas. Cuando alguien está muy feliz se nota por su sonrisa, si está enojado tiene el ceño fruncido, si está triste tiene los ojos caídos, cuando está sorprendido abre los ojos como plato, el asco se muestra arrugando los labios y nariz, y el miedo hace levantar los párpados y estirar los labios hacia atrás. Pero más allá de nuestras caritas base de emoticón, hay muchas variaciones de estos sentimientos, y esas no siempre son fáciles de distinguir.

La expresión que nos interesa ahora es la “neutra”, esa que todos ponemos cuando no estamos atravesando una emoción intensa en específico, por ejemplo, cuando esperamos nuestro turno en la fila del café o cuando caminamos en la calle, momentos en los que, en teoría, no estamos pensando en nada… pero lo cierto es que nuestro cerebro nunca está en modalidad “nada”. A menos que seas un maestro de la meditación, siempre tienes una emoción al fondo aunque no te des cuenta, y vaya que cuenta, porque es en estos espacios aparentemente en blanco en los que salen a la luz sentimientos que tenemos enterrados en el fondo y los proyectamos sin querer. Hablamos de emociones profundas que quizá ni siquiera estamos conscientes de estar sintiendo. Es así que apareció la llamada resting bitch face, en personas en modo “neutro” que nos transmiten una sensación de malestar, aunque ellos juren que no están de mal humor, nuestro radar nos indica que no somos bienvenidos a su alrededor, nos pide alejarnos y por alguna razón, no nos agradan. ¿A qué se debe?

La ciencia del RBF