ESQUIRE: ¿Cómo decidiste dedicarte a la actuación?
DAVID CORENSWET: Mi papá era actor, después de la universidad decidió mudarse a Nueva York para dedicarse a la actuación, pasó siete u ocho años haciendo, principalmente, teatro. Él nunca nos insistió a mí o a mi hermana en tomar esa dirección; sin embargo, sí nos crió con cintas clásicas y comedias musicales, pero recuerdo haber visto a mi hermana en una producción de El violinista en el tejado en el teatro de la comunidad, y le dije que quería hacer eso, así que empezó a buscar audiciones para mí. Filadelfia es un lugar con mucho teatro y sucede que había una producción de All my Sons, en la que hay un niño chiquito que aparece en algunas escenas del primer acto. Creo que mi tarea era decir un solo chiste y conté uno sobre un pato que entra a un bar y pide un jabón, y eso fue suficiente, ya que después de unas semanas de decir que quería actuar me dieron ese rol. Hice mi primer papel oficial a los nueve años y de ahí fui saltando de obra en obra, acabé haciendo cinco o seis, además de musicales, antes de tener 15 años.
E: Qué disfrutas más, ¿el cine, la televisión o el teatro?
Bu hikaye Esquire Latinoamérica dergisinin Octubre 2019 sayısından alınmıştır.
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