Después deaños de aromasclásicos, Christian Dior nos de leita con la nueva fragancia que impone un motivo para ser feliz.
La experiencia sensorial que apor-ta el olfato es primitiva y, a la vez, bastante sofisticada y llena de re-cuerdos. Probablemente porque es difícil describir lo que olemos, nues-tros recursos verbales nunca nos hacen justicia alguna, pero las sensaciones se encienden como lámparas en el alma y en un instante somos capaces de disfrutar a profundidad con un perfume hermoso.
Aquí el tema, sin embargo, no es únicamente el deleite, que ya en sí provoca un momento íntimo de mucho placer, sino también aparece el privilegio de hacer tuyo un sentimiento preciado y, en muchas ocasiones, elusivo: la alegría.
Esta nueva fragancia es un paisaje olfativo que es difícil contemplar siguiendo los tres tiempos tradicionales de cabeza, corazón y fondo. El maestro perfumero que la creó, François Demachy, intenta construir una interpretación olfativa de la luz, por su claridad y profunda alegría. Ésta es una esencia vibrante y sutil, la cual no puede catalogarse como floral, porque su madera y su almizcle la profundizan haciéndolo un aroma muy sensual.
Bu hikaye Harper's Bazaar en Español dergisinin Mayo 2019 sayısından alınmıştır.
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