El regreso de Isabella Rossellini

Hay mujeres que no siguen caminos, los abren. Y cuando una marca desea transmitir una imagen fuerte y significativa es a una de ellas a quien acude. Un ejemplo perfecto es Isabella Rossellini: Lancôme reanudó su relación con quien fue su rostro hace tres décadas... ahora que tiene 63 años

- Por Florencia Sañudo

Isabella Rossellini. Pocos nombres evocan tanta magia como el suyo. Fruto de la unión de una icónica estrella de Hollywood —Ingrid Bergman— y de un innovador director de cine —Roberto Rossellini, impulsor del neorrealismo italiano—, lleva en ella la personalidad y la sed de independencia de una y la imaginación e inteligencia del otro. Afortunadamente, ella recibió los rasgos nórdicos de su madre —“un maravilloso don sobre el que construí mi carrera”, dice— bañados por la intensidad mediterránea de su padre. El resultado es una belleza especial.

Con un rostro como el suyo, la carrera de modelo se impuso y, a los 28 años de edad, Lancôme le ofreció un contrato de exclusividad. Hasta allí, todo fue normal. Pero lo excepcional fue la larga, larguísima asociación con la marca, de la cual fue imagen durante 14 años, de 1982 a 1996. En el ambiente de la publicidad de cosméticos, una eternidad.