Crítico y provocador

Cineasta, novelista, poeta, ateo y marxista, Pier Paolo Pasolini fue uno de los intelectuales italianos más importantes de la posguerra.

- Francisco Herrera Coca

Pier Paolo Pasolini conmocionó a Italia dos veces en 1975. La primera, con el estreno de Saló o los 120 días de Sodoma, cinta ‘maldita’, censurada en varios países que hasta el día de hoy incomoda y fascina a las audiencias; la segunda, con su trágica muerte a fines de ese año, asesinado brutalmente en un crimen que ha dado pie a un sinnúmero de especulaciones.

La mañana del tres de noviembre de 1975, Maria Teresa Lollobrigida, un ama de casa, regresaba a su hogar acompañada de su familia. Eran las seis y media y el sol comenzaba a iluminar la localidad de Ostia, ubicada a unos 30 kilómetros de Roma. Al estacionar su automóvil la mujer le comentó, molesta, a su hijo: “Sólo mira a estos desgraciados que vienen a tirar su basura justo enfrente de nuestra casa”.

Irritada, bajó de su vehículo para descubrir con horror que los despojos pertenecían a un ser humano. Como ella misma narró horas después a la policía, se trataba del cuerpo de un hombre cuya cabeza había sido aplastada –después se sabría que habían usado el propio coche de la víctima para hacerlo– y parte de su cuerpo se había quemado. El cadáver, irreconocible en ese momento, era el de Pier Paolo Pasolini.