Política Antes Que Química

La Tabla Periódica de los elementos es uno de esos objetos que la mayoría de nosotros relegamos al olvido tan pronto como nos graduamos de la escuela secun daria.

- Angela Posada-Swafford

Pero si uno la examina con algo de paciencia y cariño, descubre que en realidad es una maravilla antropológica. Ahí, ordenadamente escrita, está nada menos que la historia de la relación de nuestra especie con el mundo natural. Respiramos, comemos, nos vestimos, nos entretenemos, nos enriquecemos, nos empobrecemos y nos hacemos el amor y la guerra con lo que contiene esa tabla.

Aun así, pocas veces nos molestamos en aprender cosas como qué son el ununquadio o el ununhexio; de dónde salió el nombre del meitnerio o para qué podrán servir el dubnio y el astato. Bien nos convendría interesarnos un poco por los elementos naturales –y sintéticos– porque son las piedras angulares de nuestra existencia.

No en vano las Naciones Unidas decidieron que 2019 es el Año Internacional de la Tabla Periódica. Y eso me dio pie para buscar anécdotas curiosas detrás de toda esta química. De hecho, detrás de este rectángulo de elementos químicos hay una mezcla de investigación científica, política internacional y ansias de reconocimiento. Y quien merece el crédito de su creación no es algo tan nítido como uno pudiera pensar.