ENTRAMOS EN LA BODA DE NACHO ARAGÓN Y BEA GIMENO EN EL CORAZÓN DE MALLORCA

El enlace, que duró tres días, tuvo varios escenarios de ensueño y reunió a 400 invitados

- PATRICIA IZQUIERDO

NACHO Aragón y Bea Gimeno ya son marido y mujer. Después de tres días de celebraciones por todo lo alto, que han reunido a ambas familias y cientos de amigos en Mallorca, el hijo de Emilio Aragón y Aruca Fernández-Vega y la hija de Javier Gimeno y Consuelo de la Hoz han sellado su amor en una de las bodas más románticas que recordamos, llena de detalles que gritaban lo que se quieren a los cuatro vientos y con «su isla» como telón de fondo.

En Pollença, la familia Aragón ha disfrutado de todos sus veranos desde hace décadas. Un escenario de ensueño que también ocupa un lugar privilegiado en el corazón de la novia, quien se enamoró de la isla desde la primera vez que puso un pie allí.

Tras mucha expectación y rumores, nadie acertó, en las semanas previas al enlace, con la ubicación del evento, que finalmente tuvo lugar en San Joan D’Arnau.

El ambiente, campestre y sofisticado, combinaba a la perfección con la naturaleza relajada de los novios, poco amigos de convencionalismos y tradiciones clásicas. Para empezar, pidieron a los invitados masculinos que vistieran tonos claros, trajes de lino sin corbata o guayabera. Un hecho que el propio Emilio Aragón celebró durante uno de los momentos estelares de la fiesta, cuando cantó una canción que había compuesto él mismo para los novios. Pero eso vendrá después. Ellas, con no llevar tacón de aguja, era suficiente.