Florecer EL MUNDO

HACE DIEZ AÑOS MASAMI CHARLOTTE LAVAULT, EMBAJADORA DE FLOWER BY KENZO, DEJÓ SU TRABAJO PARA DEDICARSE A LAS FLORES. AHORA QUIERE REFLORECER LAS CIUDADES MEDIANTE UNA HORTICULTURA LOCAL Y DE TEMPORADA.

- Magdalena Fraj

El círculo de la vida

En su jardín floral parisino, crea y acompaña todo el ciclo de las flores, desde la semilla hasta el ramo. Ella misma siembra casi 20 000 plantas al año, corta las que servirán de abono para las próximas, que dormitarán en invierno, cuando deja que su tierra y su jardín descansen.

Algunos encuentros parecen estar predestinados, como el de la floricultora Masami Charlotte Lavault y Kenzo Parfums. Por la doble cultura franco-japonesa de la joven, tan semejante a la del fundador de la Maison, y su pasión común por las flores, la unión entre ambos parece algo natural. Masami empezó su carrera como diseñadora industrial entre Viena y Londres, y hace diez años decidió cambiar radicalmente de rumbo: se fue a Marruecos, Gales y, por supuesto, a Japón, para formarse en el cultivo de las flores. En 2017 inició el proyecto Plein Air Paris, el primer jardín floral urbano de Francia, en el corazón de la capital, donde cultiva flores en agricultura biodinámica, respetando las estaciones y la naturaleza, sin invernaderos ni pesticidas. Su objetivo es simple: recobrar lo vivo y cultivar la flor de manera respetuosa para que la naturaleza se reapropie.

¿Cómo ha influido en tu trabajo tu doble cultura franco-japonesa?

Cuando fui a Japón, me di cuenta de que en el jardín todo el mundo trabaja tal y como me gusta hacerlo a mí: se toman las cosas de la misma manera que yo y también respetan mucho todo lo que nos rodea. Fue cuando entendí que soy muy japonesa a la hora de trabajar. Pero también me siento muy francesa. Nací en París y mi jardín también está ahí.