¿QUIEN decide cuál será la próxima gran TENDENCIA?

La (eterna) pregunta de qué está de moda se ha quedado obsoleta. En una era en la que se lleva todo y nada, el verdadero interrogante es qué y quiénes influyen en que todo se tiña de rosa chicle y las UGG vuelvan

- LAURA GARCÍA DEL RÍO

Pongamos que las tendencias se crean. Que en un plan calculado se les da forma y se sirven para su consumo masivo. La pregunta sería, ¿cómo y quién? Hace veinte años, el pronóstico de lo que vendría tenía la forma de enormes libros –tamaño listín telefónico– que detallaban los colores, siluetas, tejidos y estampados que un elenco de visionarios elegía y las firmas seguían al dedillo, buscando conectar con el zeitgeist (y hacer caja). Mucho ha llovido desde entonces: e-commerce, tiendas donde los probadores hacen recuento de qué sí y qué no se despacha, Big Data, redes sociales donde el éxito se mide en números, hashtags virales y un batallón de influencers con sus propios canales de comunicación y mucha repercusión. Hoy, la idea de un puñado de gurús reunidos en una sala sobrevenidos por visiones de rosa salmón y azul cerúleo para decidir cuál será el color del año que viene es, como poco, excéntrica. «El análisis de datos es de lo que todo el mundo habla ahora», afirma Isham Sardouk, exvicepresidente ejecutivo de WGSN. Tanto que el Harvard Business Review lo ha declarado el empleo más sexy del siglo XXI.