A seis años de su muerte, Chavela Vargas nos canta su propia historia en el documental de Catherine Gund y Daresha Kyi.
Chavela Vargas tenía 75 años de edad cuando cantó por primera vez en su escenario de ensueño: se paró en el Palacio de Bellas Artes con su poncho rojinegro, los pies firmes y los brazos bien abiertos, con toda la vida que ni 40 mil litros de alcohol tomado en siete décadas (según sus propias cuentas) le habían podido quitar. Su última presentación en México la dio 18 años después, a los 93, sentada y débil, pero fincada en sus bravuras legendarias: la de haberse adueñado de las canciones que sólo eran cantadas por hombres, la de usar pantalones, la de haber sido amante de Frida Kahlo (y de otras) y la de vivir su lesbianismo en tierra de hombres.
Nadie que la hubiera visto rebosante en ese escenario, con esa carrera tan longeva e inquebrantable, hubiera adivinado que su don principal, de hecho, había sido morir y resucitar varias veces. Lo hizo tras su llegada a México de su natal Costa Rica, para renacer como mexicana; tras cada acto de discriminación hacia su sexualidad; tras cada desamor y tras los 12 años en que sucumbió al alcoholismo y estuvo fuera del escenario. Por fortuna, la documentalista y activista estadounidense Catherine Gund capturó a principios de los 90, y sin saberlo en ese entonces, el inicio de la última resurrección, la más importante de todas.
Diese Geschichte stammt aus der Agosto 2018-Ausgabe von Cine Premiere.
Starten Sie Ihre 7-tägige kostenlose Testversion von Magzter GOLD, um auf Tausende kuratierte Premium-Storys sowie über 8.000 Zeitschriften und Zeitungen zuzugreifen.
Bereits Abonnent ? Anmelden
Diese Geschichte stammt aus der Agosto 2018-Ausgabe von Cine Premiere.
Starten Sie Ihre 7-tägige kostenlose Testversion von Magzter GOLD, um auf Tausende kuratierte Premium-Storys sowie über 8.000 Zeitschriften und Zeitungen zuzugreifen.
Bereits Abonnent? Anmelden
Crítica
Qué dicen los expertos sobre las películas de estreno.
Una fuerza oculta
El cine de Terrence Malick está dominado por una pregunta constante: ¿qué hay antes y después de nosotros? Su película más reciente, Una vida oculta, es tan sólo un reflejo de sus propias convicciones.
Pesadilla y tormenta
En El faro, el director Robert Eggers deja atrás a las brujas para llevar a Robert Pattinson y a Willem Dafoe a los límites de la locura.
Ángeles reforzados
Los Ángeles de Charlie regresan más fuertes que nunca y con Elizabeth Banks a la cabeza de una nueva aventura.
Greta Gerwig
El mundo es duro con las mujeres ambiciosas.
Jojo Rabbit INTOLERANTE A LA INTOLERANCIA
El director Taika Waititi ambientó una comedia en uno de los momentos menos graciosos de la historia por una razón muy sencilla: a veces, reírse de la realidad es la única forma de vencer los problemas.
Al final del arocirirs
Renée Zellweger se pone las zapatillas de rubí para darle vida a Judy Garland, una estrella que vivió su vida bajo los reflectores... muchas veces de manera involuntaria.
La ambición de las mujercitas
Greta Gerwig adapta y actualiza uno de los grandes clásicos literarios, y le da a Louisa May Alcott el final que siempre soñó.
The Witcher
La mirada femenina que le dará vida al continente
UNA ISLA LLAMADA ROBERT PATTINSON
Es un lugar común decir que Robert Pattinson no descansa.