¿Podemos revertir el impacto de la caza furtiva?

Las consecuencias de la caza furtiva y el cambio climático se sienten de manera profunda en Zambia y en Zimbabue. Esta primera línea del frente ecológico está atendida por unidades de conservación innovadoras pero con poco financiamiento, y el turismo juega un papel vital.

- By Tasmin Wressell

El sol se despliega sobre la tierra de vastas sabanas que se extienden hasta difuminarse en el horizonte. Puedo ver elefantes levantar tormentas de polvo a pisotones e hipopótamos menear sus colas en riberas lodosas. Estoy en un globo aerostático con Eric Heseman, propietario de la agencia de safaris aéreos Namib Sky. Es una mañana tranquila en Busanga, Zambia; solo se escucha el fuego que crepita sobre nuestras cabezas y los gruñidos lejanos de las hienas.

“Mira toda esta tierra: no hay una sola persona a la vista –dice Eric–. Este es el safari más silvestre que he liderado en África. Si fuera el Okavango, en Botsuana, ya hubiéramos pasado al menos por tres campamentos”.

Debajo de nosotros, los antílopes saltan sobre un río que fluye como un hilo que se abre paso entre la tierra seca. Es la sequía más cruel que Eric ha presenciado en los 11 años que ha trabajado aquí. La escasez de vegetación resultante dificulta el trabajo de conservacionistas como él para salvaguardar la vida silvestre: los cazadores furtivos ahora pueden divisar patrullas a kilómetro y medio y evitar su captura.