LA PEQUEÑA VENECIA

Villa Ottolenghi, la última casa diseñada por Carlo Scarpa, es la síntesis perfecta de su mente brillante capaz de aportar soluciones armoniosas a cualquier limitación.

- OSCAR DUBOY

"No pienses en una casa. Imagina que es como una tienda de campaña y estos son sus postes. Será un refugio cálido que te protegerá a ti y a tu familia. Así tranquilizó Giuseppe Mazzariol a Marie-Thérèse Cartigny Ottolenghi, quien estaba un poco preocupada por las gruesas columnas que se alzaban en medio del terreno donde se erigiría su futura residencia.

Corría el año de 1974, los Ottolenghi habían decidido construir una villa en la pintoresca localidad de Bardolino, a orillas del lago de Garda, y siguiendo el consejo de Mazzariol, eminencia cultural veneciana, habían encargado el proyecto nada más y nada menos que a Carlo Scarpa.

Scarpa, estimulado por el plano cilíndrico de la Casa Jester de Frank Lloyd Wright en Palos Verdes, California, empezó instalando nueve pilares estratificados de hormigón y diferentes tipos de piedra-principalmente prun y trani- que "crearían el escenario perfecto en el jardín. Sin embargo, los propietarios no querían un teatro, querían una vivienda, por lo que se preguntaron dónde estaban las paredes. "No son necesarias, la gente suele acabar colgando sus cuadros en ellas y, a menudo, son feos", respondió el arquitecto.