Sonia Martínez, el infierno de una estrella de la tele

Se cumplen 30 años de la muerte de la presentadora tras su caída en el infierno de las drogas y el sida

- Olga Pérez

TENÍA los ojos chispeantes, una voz dulce y una sonrisa que enamoraba. Un primo productor la animó a presentarse a unas pruebas en Televisión Española y rápidamente fue elegida para presentar un programa infantil. Eran los primeros años ochenta. A sus 18 años, su aspecto moderno y cándido resultaba perfecto. El éxito y la fama fueron meteóricos, aunque pronto también vería su cara más oscura al caer en las drogas.

Sonia Martínez murió a los 30 años a causa del sida. Hoy muchos no recuerdan su nombre, ni su rostro ni lo que hizo. Quizás para enmendarlo acaban de lanzar un documental sobre su figura: La última noche de Sonia Martínez (RTVE Play), que incluye testimonios inéditos sobre la que, sin duda, fue un ‘juguete roto’. La joven que una vez representó la alegría pasó del éxtasis al infierno en apenas una década.

Depresión

Sonia Martínez nació en Madrid el 23 de septiembre de 1963 en el seno de una familia de clase media y con una hermana, Irene. No era buena estudiante, pero le encantaba el deporte y destacó como campeona de natación. Cuando entró en televisión, siendo una adolescente, descubrió su pasión.

En 1982 empezó a presentar el programa 3,2,1…contacto. Niños y jóvenes, pero también los adultos, no se la perdían cada tarde. Su naturalidad encandilaba. En 1983 le darían otro espacio dedicado a los más pequeños, Dabadabadá, donde sustituyó a Mayra Gómez Kemp.

Sonia, con Torrebruno y Ramón Pradera, en Dabadabadá.

Y pronto le ofrecieron hacer cine. Debutó en 1984 con Epílogo, a las órdenes de Gonzalo Suárez. Después llegaron Violines y trompetas; Perras callejeras, de José Antonio de la Loma; y El rollo de septiembre, de Mariano Ozores.

Sonia estaba en la cresta de la ola y no podía imaginar que su vida daría un giro radical...