MEDITAR ES FACIL (NO TE HAGAS UN LÍO CON TUS PENSAMIENTOS)

¿Te cuesta relajarte cuando intentas meditar? ¿No puedes dejar de pensar en cosas que te distraen? No eres la única a la que se le hace cuesta arriba la meditación. En este artículo, te damos algunas claves para que empieces a meditar disfrutando y sin complicarte y obtengas sus múltiples beneficios. ¿Te animas a probar?

- MAR CANTERO

La meditación se ha implantado en los últimos años en nuestra sociedad como una práctica frecuente. Al principio, nos parecía extraña y ajena, ya que venía de una cultura muy diferente a la nuestra, pero, ahora, meditar forma parte de la vida cotidiana de muchos de nosotros, que queremos encontrar paz interior y calma como reacción al estrés de la vida diaria. Sin embargo, incluso a los que la practicamos habitualmente, a veces nos sigue costando y nos parece más compleja de lo que es en realidad. Por eso, hemos consultado a varios expertos para que nos ayuden a saber meditar sin que nos resulte aburrido y difícil. Para empezar, según algunos estudios, los beneficios de la meditación dependen de la práctica regular: un poco todos los días. Es igual que ir al gimnasio.

¿POR QUÉ NOS CUESTA TANTO MEDITAR?

Según Eduardo Jáuregui –escritor y autor de Meditar se me da fatal– en neurociencia, se ha comprobado que el cerebro humano no para nunca. Incluso cuando ‘no estamos haciendo nada’, se activa una red conocida como la ‘red neuronal por defecto’ que se pone a darle vueltas a sus cosas, todo aquello que en este momento nos preocupa o nos interesa. Esto quiere decir que es normal que nos cueste meditar, sobre todo, al principio. No estamos acostumbrados a parar ni un momento, ni a no hacer nada con las manos. Pero el problema no es de la meditación, sino nuestro. De ahí que Jáuregui explique en su libro, de forma muy humorística y divertida, cómo podemos aprender a meditar sin complicaciones, sin comernos el coco creyendo que es mucho más trascendental, complicada y difícil de lo que es.