SUPERA EL MIEDO A UNA RECAIDA

De la celebración, tras escuchar que el médico te da el alta, hasta el pánico que se siente, al asistir a la siguiente revisión (o solo pensarlo), solo hay un paso y este puede ser demasiado corto. Vivir con el temor a que la enfermedad pasada regrese es normal, siempre y cuando no interfiera en tu rutina

- INMA COCA

ESA SENSACIÓN de tener un peligro acechando constantemente tiene un nombre en el mundo de la piscología: el síndrome de Damocles.

Hay enfermedades y recuperaciones que marcan un antes y un después en la vida de cualquier persona. Uno de los mejores ejemplos es el de una persona que acaba de superar un cáncer. Ejemplo que, por cierto, siempre está cerca.

Todos sabemos que, cuando el médico da por terminado el tratamiento y el paciente recibe el alta, no quiere decir que se pueda decir adiós a la enfermedad por completo. Tras esa buena noticia, esperan muchos meses por delante en los que las revisiones y las pruebas seguirán siendo parte de la vida de esa persona y de sus familiares.

UNA NUEVA ETAPA

Tras una experiencia así, en la que la vida se pone en pausa y las prioridades cambian por completo, hay que tomarse un tiempo para poder ir cerrando las heridas, tanto físicas como emocionales. Suele ser una época de altibajos en la que tan pronto se celebra la vida como que el terror a una recaída impide disfrutar de los buenos momentos.

Yolanda Morales, psicóloga con años de experiencia en tratar con personas que han sufrido una enfermedad grave, le pone nombre a esta mezcla de sentimientos que protagonizan esta etapa: síndrome de Damocles.

¿Recuerdas de dónde viene la famosa espada de Damocles? Según cuenta una historia de la antigua Grecia, Damocles era un joven al que le gustaban demasiado las atenciones y el buen vivir de su jefe, Dionisio II.