Salsas

Los buenos cocineros saben que deben ponerle diferentes capas de sabor y textura a un plato; así es en la comida italiana, con una lasaña por ejemplo, que tiene una capa de textura suave seguida por otra de salsa líquida y carne, luego otra sección y así hasta llegar al crujiente gratinado de arriba.

La cocina mexicana también sabe cocinar en capas. No hay platillo que no incluya diferentes capas de sabores y texturas: el taco empieza con la tortilla, la carne suave, la cebolla crujiente y la salsa líquida que combina con todos los ingredientes.

Gran ventaja de las salsas: cada comensal decide cuánta ponerle; sobre todo si se considera que la mayoría de las salsas mexicanas incluyen chile. Lo más importante de un chile no es cuánto pique, sino el sabor que aporta, porque cada uno puede ser diferente. La mayoría de las salsas se elaboran con chiles frescos, que pueden ser un poco más picantes y con sabores más pronunciados. En cambio, los chiles secos, que son los mismos que los frescos tras pasar por un proceso especial, tienen otra consistencia y sabores más suaves. Por lo general, los chiles secos se usan más para moles. Aquí algunas ideas de salsas para despertar los sabores de los platillos mexicanos.

SALSA CREMOSA DE AGUACATE

Preparación: 5 min.

Tiempo total: 10 min.

Rinde para: 10

2 chiles jalapeños

3 tomatillos sin cáscara

1/2 cebolla picada

1 aguacate mediano

5 ramas de cilantro

1/de taza de agua Sal y pimienta