DULCE ETERNAMENTE

Su inesperada muerte en plena Navidad, el hermetismo de su enfermedad y el desconcierto ante la secrecía de su despedida.

- MARÍA DE JESUS CANDEDO

EI 24 de diciembre, en el Hospital Ángeles del Pedregal, parecía un día normal, Dulce estaba en franca recuperación y su hija Romina, junto a su esposo, la acompaE ñaban para celebrar la Nochebuena.

El productor Iván Cochegrus asistió a visitarla, llevaba bacalao y romeritos; la cantante nunca tuvo restricciones de dieta blanda y probó los alimentos, no sin antes reprocharse que en esa fecha estuviera internada.

La intérprete de Tu muñeca platicó con su familia, durmió tranquila y para la mañana de Navidad se reportó una baja en su salud. Pasadas las nueve de la mañana el hospital informó su deceso, pero fue hasta las dos de la tarde que la noticia se filtró a los medios de comunicación.

Dulce había tenido una intervención en marzo pasado, en la que le fue extirpado uno de sus riñones porque estaba totalmente invadido por un tumor de poco más de tres kilos. La operación fue todo un éxito y presumió, en su momento, el logro médico que la tenía en perfecta salud.

EL CÁNCER NUNCA SE FUE