EN NUESTRA VIDA DIARIA

Casi sin darnos cuenta ya llevamos 75 años conviviendo con máquinas inteligentes. Durante la última década, nuestra data se ha convertido en el alimento que nutre, desarrolla y perfecciona los sistemas, las aplicaciones y las utilidades con las que interactuamos día a día: todas las redes sociales; los cobots en las industrias, los robots de servicio doméstico, los brazos robotizados para extraer sangre o tomar pruebas de covid sin la intervención de personas. Hay robots que viajan al espacio y exploran las profundidades del océano, pero también hay los que pueden escribir un artículo periodístico, una historia de ficción, jugar ajedrez, componer melodías, prevenir enfermedades, mejorar la movilidad de las personas, preparar pizza, diseñar ropa y perfumes, ganar concursos de arte... La última es que actores y actrices de Hollywood recurren a la inteligencia artificial para no perder sus carreras.

- CARLOS HUGO GONZÁLEZ

VIVIMOS EN LA ERA DEL ALGORITMO.

La inteligencia artificial (IA) y la ciencia de datos (CD) se introdujeron, se enraizaron y se dispersaron a través de los "dispositivos inteligentes" y se infiltraron (o les dimos acceso) en nuestra vida privada, nuestros pasatiempos favoritos, nuestras preferencias sexuales o de entretenimiento, nuestros negocios y finanzas, nuestras relaciones, nuestras conversaciones, nuestras fotos, canciones, gustos, deseos, anhelos. Todos los lugares que habitamos.

Y en la vida laboral, ni se diga. La IA influye en los puestos de trabajo de prácticamente todas las industrias y "es una de las tendencias definitorias de nuestros días", afirma el doctor Juan Humberto Sossa Azuela, jefe del Laboratorio de Robótica y Mecatrónica del Centro de Investigación en Computación del Instituto Politécnico Nacional (miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel tres y de la Academia Mexicana de Ciencias), quien inició sus estudios en computación y sistemas inteligentes en 1987 y tiene más de 35 años de investigar y aplicar la IA en nuestro país.

En los últimos 10 años, narra Sossa, diversos tipos de máquinas (programas y robots) han sido entrenadas para resolver problemas cada vez más complejos. "Hoy son capaces de llevar a cabo tareas que en otros tiempos solo eran atribuibles al ser humano. El uso de estas tecnologías transforma el conocimiento de soluciones.