REESTRENO OLD BOY - ÉRASE UNA VEZ EN HALLYUWOOD

Se reestrena Old Boy, la película que puso a Corea del Sur y Park Chan-wook en el mapa cinéfilo. Nunca la venganza fue tan dura

- Rubén Romero Santos

Es difícil explicar a l@s jóvenes actuales, fans de El juego del calamar, de BTS, del k-pop, de la k-beauty, del Gangnam Style, del director Hong Sang-soo, del filósofo Byung-Chul Han, de la escritora Han Kang o del futbolista Son Heung-min que, a principios del milenio, Corea del Sur era para los occidentales poco más que un lugar en el que se fabricaban electrodomésticos. Aquello era lo más famoso del país junto a los eventos deportivos, como sus Juegos Olímpicos de 1988 (en los que solo rascamos cuatro medallas) o su Mundial de fútbol de 2002 (de donde volvimos con la madre de todos los cabreos por el infame arbitraje de Al Ghandour). En 2003, sin embargo, todo el mundo supo qué era Hallyuwood, su industria cinematográfica.

Cuidado: Choi Min-sik siempre busca clavos para su martillo.

La culpa la tuvo un director llamado Park Chan-wook, con una biografía singular. De fuertes creencias católicas, había adquirido un sentido visual muy especial, viendo blockbusters de Hollywood sin subtítulos en la cadena para los soldados estadounidenses destacados en el país, al tiempo que crecía en lo más duro de la dictadura surcoreana (que se extendió hasta 1987). En su niñez se imaginaba adulto siendo un profesorucho de literatura en alguna universidad, pero el destino le tenía reservado el rol de heraldo del cine y la cultura de su país. Rodó dos películas que fueron dos sonoros fracasos. La tercera, Joint Security Area, un thriller bélico que era un canto a la reconciliación de las dos Coreas, llamó la atención de occidente, siempre listo a ponderar el cine político. La cuarta, Sympathy for Mr. Vengeance, encajaba como un guante en la moda del cine asiático extremo que, encabezada por Takeshi Kitano, causaba furor al inicio del milenio. La quinta, Oldboy, lo encumbraría como uno de los directores más importantes del siglo XXI.