En Qué Leer somos muy de sacarle partido a las efemérides y los grandes eventos. Así, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y el Mundial de fútbol por Rusia, hemos decidido repasar la descompensada relación entre balompié y literatura.
Anadie se le escapa que si comparamos el número de aficionados al fútbol con el de lectores ha-bituales, estos últimos pierden por goleada. Un marcador de escán-dalo y llorera en el ves-tuario. Por supuesto, la comparación no solo es inevitablemente injusta para ambas partes, también es innecesaria y absurda. El balón y el libro juegan en ligas distintas y compatibles (aunque probablemente no al mismo tiempo). Donde la literatura exige, el fútbol acoge. Cualquier iletrado puede explicarte un fuera de juego. El contagio del llamado deporte rey reside en la simplicidad de sus reglas y en su democracia: puedes jugarlo sin importar ni tu físico, ni tu bolsillo; además, como todo enfrentamiento entre dos bandos, proporciona integración a un colectivo y colores que seguir, un placebo de identidad. Normal que arrastre a las masas. Lo cual también puede volverse en su contra. Sin ir más lejos, Jorge Luis Borges dijo que «el fútbol es popular porque la estupidez es popular». Semejante declaración de boca de un argentino resulta incluso más sorprendente. Opinión similar expresó Umberto Eco, aunque matizada: «Yo no odio el fútbol, odio a los aficionados al fútbol. No amo al hincha porque tiene una extraña característica: no entiende por qué tú no lo eres, e insiste en hablar contigo como si tú lo fueras».
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INGRID VITART
EL RITMO FRENÉTICO NOS ALEJA DE LA CONCIENCIA DEL SER
CLARA OBLIGADO y la sabiduría del linaje familiar
Hay muchas maneras de decir adiós, desde luego, pero aquí se propone que hay instantes únicos en los que la ficción y la memoria se hibridan y enraizan en una misma página para exhibir la red de una despedida. De este umbral doloroso germinan las historias encadenadas con las que Clara Obligado nos acerca a tres mujeres y sus profundas pérdidas, a los diversos espacios y tiempos en que les tocó vivir.
LA SOMBRA DE LA DICTADURA ES ALARGADA
Si en el número anterior, repasamos una serie de libros con motivo de los 80 años del Día D, 88 del estallido de la Guerra Civil y 79 del fin de la Segunda Guerra Mundial, en este reportaje les presentamos algunas novedades de distintos historiadores sobre algunos de los aspectos más relevantes de la naturaleza de la Dictadura franquista.
LA FRANCIA POST OLÍMPICA
Antes del viernes 26 de julio, día de su inauguración, había cierta inquietud sobre el desarrollo de los Juegos Olímpicos 2024 en París. Desde las amenazas terroristas hasta la contaminación del Sena o la desafección de los propios parisinos, ha quedado todo disipado ante el éxito de unas Olimpiadas que, por primera vez, se han celebrado en plena ciudad, no en recintos cerrados, y han constituido una buena dosis de optimismo a un país en plena crisis política e incertidumbre electoral.
FRANCESCA GIANNONE
LAS REVOLUCIONES TAMBIÉN ESTÁN HECHAS POR PERSONAS QUE FUERON LAS PRIMERAS EN REALIZAR ALGO IMPENSABLE HASTA ENTONCES
ALICE KELLEN
QUE TE ENCASILLEN ES BUENO PARA MANTENER UN PÚBLICO FIEL, PERO SE CONVIERTE EN UN PROBLEMA CUANDO QUIERES HACER COSAS DIFERENTES
JULIETA PARÍS
Julieta París es psicóloga y antropóloga, con extensa formación en Psicoterapia y un Doctorado en Psicología Clínica. Con más de dos décadas de experiencia, trabaja en Girona y online, especializándose en Mindfulness, Compasión y Psicoterapia Contemplativa, con estudios adicionales en Historia del Arte y Simbología. Docente en Psicología y Mindfulness, ha sido profesora, conferenciante y directora de posgrados, destacándose también en psicología deportiva de alto rendimiento.
LA NOVELA OLVIDADA EN LA CASA DEL INGENIERO
Mi amigo Tomás Hidalgo, que me considera un escritor en toda regla -a pesar de que me muevo en el campo de la literatura juvenil-, me entregó hace meses un manuscrito que, según me explicó, había sido encontrado por pura casualidad en el fayado de una casa de campo.
EL ARADO Y LA ESPADA
Lleva más de cinco décadas viviendo en Suecia, incluso escribiendo sus obras en sueco, pero Theodor Kallifatides, su nombre le delata, es griego de nacimiento y un autor de prestigio en los últimos años.
UNA HISTORIA PARTICULAR
No es necesario escribir para ser escritor.