POSTURAS DE RODILLAS

Cuando te arrodillas, el peso del cuerpo recae sobre las rodillas, las espinillas y el dorso de los pies. Esta posición acerca más el centro de gravedad al suelo que estar de pie, pero lo aleja más que cuando estamos sentados con los isquiones en el suelo. Desde el punto de vista del desarrollo, arrodillarse tanto sentado sobre los talones como erguido) es una importante transición para los bebés, que aprenden así a pasar de estar sentados a ponerse de pie.

Históricamente, esta posición se asocia con rebajarse», en el sentido de mostrar sumisión o rendir culto o adoración, algo que probablemente evolucionara a partir del hecho de que, arrodillada, una persona es más vulnerable que cuando está de pie, sobre todo si, además, inclina o agacha la cabeza. 

Arrodillarse también puede ser una postura de vigilancia relajada que se asocia con fuerza y preparación para la respuesta, como se ve en Vajrasana y Virasana. En artes marciales, estar de rodillas se emplea como posición de espera desde la que es más fácil ponerse de pie que estando sentado con las piernas cruzadas, y en la práctica del aikido incluso se entrenan para realizar proyecciones desde posición arrodillada suwari waza).

En los asanas, las posturas arrodilladas suelen emplearse para ayudar a movilizar las articulaciones de las caderas. Cuando la movilidad de los pies y las piernas se retira de la base de apoyo, la atención puede concentrarse en las acciones de las articulaciones de las caderas, las mitades de la pelvis y el suelo pélvico. Arrodillarse también proporciona una base estable y simétrica desde la que puede elevarse el centro de gravedad para poder extender la columna del todo, algo que se expresa a las mil maravillas en posturas como Ustrasana y Eka Pada Rajakapotasana.

Notas en clase