SEMILLAS DE GIRASOL

Las populares pipas de girasol no solo son un buen alimento para todo tipo de aves, sino que podemos incorporarlas a nuestra dieta diaria, tanto como aperitivo, como a una gran variedad de platos. Su alto contenido de potasio y magnesio las hacen indispensables en la dieta de deportistas, ya que mejoran el rendimiento y previenen lesiones. También favorecen el funcionamiento cerebral, por eso se recomiendan también para estudiantes. Además, aportan vitamina E y B, calcio, ácido linoléico, grasas insaturadas y fósforo. El aceite de girasol virgen posee cuatro veces más vitamina E que el aceite de oliva.

De América

El girasol es una planta originaria de México y Perú, llamada Helianthus Annus, que fue cultivada por los aborígenes con fines similares a los que conocemos hoy (alimento o aceite) y también como tintura. Existe la creencia de que es un alimento que favorece la fertilidad. El motivo es la cantidad de vitamina E que proporcionan las pipas.

Durante mucho tiempo, se las ha comparado con otros frutos secos y se han considerado como un alimento que engorda. Hoy sabemos que contienen sustancias antioxidantes y grasas buenas y que el consumo de una ración de sólo 20 gramos proporciona efectos protectores ante trastornos de todo tipo. Veamos brevemente por qué nos convienen:

1. Mejoran el estado de ánimo. Las semillas de girasol son ricas en aminoácidos, entre ellos el triptófano, precursor de la serotonina que ayuda a mejorar los síntomas del estado de ánimo en las mujeres con síndrome premenstrual y a quienes padezcan depresión.

Conviene tomarlas junto con alimentos ricos en carbohidratos para mejorar la absorción. El triptófano posee además un efecto saciante y su participación en la síntesis de la serotonina y, por tanto, de la melatonina, ayuda a regular el sueño.