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¿Alguna vez te has encontrado haciendo alguna actividad y de repente todo en tu mente desaparece y sólo estás presente en el momento, disfrutando? Esa es la sensación que tiene Andrea Dattoli al practicar highline, a cientos de metros de altura.

- ISA CISNEROS

Quizá cuando piensas en alguna actividad que puedes hacer en las montañas, se te viene a la mente hiking, escalar y hasta ala delta, pero nunca el highline. Es más, para la mayoría de nosotras es probablemente de las primeras veces que escuchamos de este deporte, y por eso en WH nos sentamos con Andrea Dattoli para que nos hable al respecto. Ella es una de las pocas mexicanas certificadas por la ISA (International Slackline Association) en instalaciones de highline, forma parte del equipo deportivo de Slackline de la ciudad y está certificada como maestra de yoga.

Andrea se acercó primero con un grupo de amigos a un festival de slackline, un deporte en una cuerda a un metro de distancia del suelo donde se hacen movimientos de equilibrio. Tres años después, ese grupo la invitó a probar el highline, el cual “consiste en instalar una línea, ya sea de nailon o poliéster, de un pulgada de grosor, a una altura de más de 30 metros del suelo; a partir de eso se llama highline”, nos explica. Para hacer la instalación de la cuerda, se perfora la roca con bolts de escalada o hasta se pueden usar anclajes naturales como rodear un árbol. Y aunque eso muchos lo considerarían un deporte extremo, no es el caso ya que el equipo que utiliza lo hace muy seguro y para ella más bien es un deporte intenso. “Ningún deporte te invita a hacer esto, es algo único en lo que no requieres cierta habilidad de fuerza, sino de una mente tranquila y un balance natural en el cuerpo”, dice.

¿QUIERES PRACTICARLO?