El imperio del Kalahari

El hallazgo de la Reina del Kalahari, un diamante excepcional de 342 quilates, revela un nuevo destino para Chopard, y el hecho de que aún quedan muchos tesoros por descubrir en el corazón del planeta.

- Por Anaid Osuna Peimbert

Los antiguos romanos y griegos solían creer que los diamantes eran las lágrimas de los dioses, o restos de estrellas que caían del cielo. A su vez, la literatura romana afirmaba que las flechas de Cupido estaban cubiertas de diamantes (de ahí la perfecta relación entre los diamantes y el amor), y Platón escribió que los diamantes eran seres vivientes que encarnaban los espíritus celestiales.

Desde la antigüedad, estas piedras preciosas han sido obsesión de exploradores quienes, en un afán por conocer más sobre las profundidades de nuestro planeta, se encontraron con los primeros depósitos de diamantes, formados hace 900 millones de años, en la India, en el siglo iv a.C. La mayoría de estas primeras piedras fueron transportadas a lo largo de la red de rutas comerciales que conectaron India y China, conocida como la Ruta de la Seda, luego, en 1867, el hallazgo de estas piedras en Sudáfrica modificó radicalmente no sólo el suministro mundial de diamantes, sino también su concepción, para convertir hoy al continente africano, en uno de los principales productores del mundo.