Corta con la ruptura

Carrie y Big. Ross y Rachel. Meredith y Derek. El folclore de las relaciones nos dice que el amor que viene y va con los años siempre sale ganando, pero los últimos datos sobre gente soltera prueban lo contrario. Marissa Gainsburg, editora senior de WH Estados Unidos, explora la realidad de lo que implica no sólo cortar por completo, sino de seguir adelante siendo feliz para siempre.

- Por Daniela Servín

Puedo contar con tres manos cuántas veces le he dicho a mis mejores amigas y hermanas que terminó, que mi relación había llegado a su fin. Me tomó sólo ocho años, tres rompimientos intensos, y una noche decisiva para decirlo en serio. Cuando lo hice, esperaba sentirme aliviada, explotando con esperanzas y flotando en paz interior. Pero la realidad es que no fue así. Estuve muy lejos de sentirme de esa manera, de hecho. La realidad es que los truenes son difíciles. Con ellos vienen la falta de sueño, los pensamientos negativos, el sistema inmunológico confundido, una insatisfacción general con la vida… y esos son sólo los efectos secundarios que los expertos han analizado (¿dónde está el estudio en baja autoestima y miedo hacia el futuro?). Y entre más tiempo estés con una persona –especialmente si vives con ella o has hablado de matrimonio– más grande será el pesar emocional, demuestran aquellas investigaciones. Así que aquí estamos, en 2019, cuando las mujeres se están casando más tarde que nunca (27 años, en promedio) y, por lo tanto, probando las aguas para potenciales esposos más tiempo que nunca (un estimado de seis y medio años, según eHarmony). ¿Cuál es la consecuencia más común de esto? La mayoría de nosotras estamos rompiendo con la persona que ha estado a nuestro lado durante una gran parte, o toda, de nuestra edad adulta. Estamos en (si se necesita una definición) la era de los rompimientos de relaciones largas.