Parras de la Fuente

La tradición y la innovación se dan la mano en los viñedos de Coahuila.

- Anabel Oviedo

PARRAS ES UN OASIS entre el desierto y la sierra. Este Pueblo Mágico se ha convertido en una referencia para el mundo del vino, entre otras razones porque alberga la primera bodega de América Latina, fundada en 1597 por don Lorenzo García bajo el nombre de Vinícola San Lorenzo y, a partir de 1893, mejor conocida como Casa Madero.

Si es la primera vez que visitas esta región, también conocida como "la cuna del vino", es práctico saber que la mejor forma de llegar es por vía aérea a Torreón o Saltillo, y de ahí seguir en auto durante un par de horas. No es tan inmediato, pero prometo que vale la pena.

La ciudad es pequeña, el atractivo se centra en los viñedos y paisajes de ensueño que evocan un aura bucólica con amaneceres y atardeceres espectaculares. Parras se destaca por su gran desarrollo agrícola y textil, alberga algunas de las mejores bodegas del país, aunque también se producen aguardientes y otros licores, actividades que se complementan con la crianza de ganado bovino, caprino, porcino y aviar.

La historia vinícola de esta localidad se remonta al siglo XVI, cuando las órdenes religiosas hicieron una petición a la corona española para permitir el cultivo de la vid y producir vino para los servicios sacros. Con el tiempo, los indígenas tarahumaras y nahuas autóctonos se adaptaron a la migración inminente de ciudadanos extranjeros que llegaron principalmente de Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y Grecia, como asesores técnicos y vitivinícolas. Por supuesto, la mezcla cultural no se hizo esperar.