Atún aleta azul, tesoro del Pacífico

Entre la pesca responsable v la dieta mediterránea.

- Jennifer Ornelas

SI HAY UNA ESPECIE MARINA altamente cotizada, es el atún aleta azul o atún rojo, que debido a su exquisita carne, goza de gran popularidad, especialmente en la gastronomía asiática (es protagonista en el arte del sashimi), así como en la dieta mediterránea. Entre sus peculiaridades, puede llegar a alcanzar un gran tamaño -hasta 2,5 metros y 350 kilogramos-, por lo que también es un trofeo codiciado entre pescadores deportivos.

Otro rasgo singular es que este pez se desenvuelve en aguas frías del Pacífico nororiental para desovar y eclosionar en el Mar de Japón, y posteriormente migrar a costas de la península de Baja California, en México, en donde tiene lugar su cultivo a nivel nacional. Sin embargo, el consumo de atún aleta azul en todo el mundo llevó a la población de esta especie a niveles insostenibles.

PESCA RESPONSABLE

Baja Aqua-Farms -empresa detrás de Bluefiná- se dedica a la captura, engorda, cosecha y distribución de atún aleta azul que se alinea a lo que se conoce como cuota de captura.

¿A qué se refiere esto? Entre las décadas de 1980 y 2000 la pesca de atún aleta azul alcanzó la sobreexplotación, lo que llevó a que la comunidad internacional se cuestionara sobre los riesgos de continuar con este comportamiento.

Así nace la estrategia de manejo pesquero impulsada por la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT), el organismo pesquero regional (RFMO, por sus siglas en inglés) encargado de asegurar la cooperación internacional para el uso sostenible de los túnidos en el Pacífico Este, que estableció una serie de regulaciones internacionales entre las que destacan las cuotas bianuales. Derivado de esto, empresas como Baja Aqua-Farms han generado una estrecha relación con la academia y el gobierno mexicano para asegurar la sostenibilidad del recurso, así como recopilar y compartir información utilizada para la estimación de la biomasa de la población de la especie.