Los Rostros De La Desigualdad

Alrededor de 7,000 migrantes centroamericanos, en su mayoría hondureños, recorrieron más de 2,000 kilómetros desde su país hasta llegar a la frontera entre México y Estados Unidos, con la ilusión de alcanzar una mejor calidad de vida.

- Israel Pantaleón

Impulsados por la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades, un grupo de migrantes centroamericanos provenientes en gran número de Honduras, decidieron salir el pasado 12 de octubre rumbo a la frontera de México con Estados Unidos.

La decisión de estos migrantes se explica, ya que Honduras es un país de ingreso medio-bajo, en el que 61% de la población vive en pobreza; incluso en las zonas rurales, uno de cada cinco habitantes vive en pobreza extrema o con menos de 1.90 dólares al día, según datos al 2016 del Banco Mundial.

De acuerdo con el organismo internacional, Honduras tiene grandes desafíos como la violencia y los altos niveles de crimen. El país centroamericano cerró 2017 con 3,791 homicidios, lo que significó una tasa de 42.8 muertes violentas por cada 100,000 habitantes, revelan datos del gobierno.

Ante esta problemática y con el deseo de buscar nuevas y mejores oportunidades, el pasado 5 de noviembre llegó a la Ciudad de México un numeroso contingente de migrantes provenientes en su mayoría de Honduras.

Algunas voces de esta caravana, que se estableció en un deportivo al oriente de la Ciudad de México, cuentan el difícil proceso de decir adiós a sus familias, amigos, y sus hogares en alguna de las zonas de mayor pobreza en Honduras.

José Luis, de 47 años, se dedicaba a la caficultura en el municipio hondureño de Villanueva perteneciente al Departamento de Cortés. El exproductor cuenta que dejó a su esposa y a cuatros hijos, quienes deseaban acompañarlo en este viaje, pero al reconocer lo duro que podría ser la travesía desistieron.