Laponia Finlandesa Festival De Auroras

LA DANZA DE LAS LUCES EN LA NOCHE POLAR. LO TENÍAN TODO EN CONTRA. PODRÍAN HABER TIRADO LA TOALLA Y ENFILAR MÁS AL SUR, PERO APRENDIERON A PASTOREAR RENOS POR SU BOSQUE INFINITO Y CONVIRTIERON EN SU HOGAR ESTA NACIÓN, REPARTIDA ENTRE HOY CUATRO PAÍSES, DONDE EL SOL NO SE PONE EN VERANO Y LA NIEVE LO ACOLCHA TODO DEL OTOÑO A PRIMAVERA. LOS LLAMABAN DESPECTIVAMENTE LAPPS, O LAPONES; ELLOS PREFIEREN DENOMINARSE SAMIS. LA NATURALEZA EXTREMA QUE LOS ACOGIÓ SIGUE SIN DOMESTICAR. AHORA, CUANDO LA AURORA BOREAL Y LAS LUCES AZULADAS DE LA NOCHE POLAR VUELVEN A ILUMINAR SUS CIELOS, ES EL MEJOR MOMENTO DE ATREVERSE CON ELLA.

- Elena Del Amo

Que los sami idearan cientos de palabras para referirse a los renos y otras tan-tas para la nieve y el hielo basta para figurarse el entorno donde se movían –¡y se mueven!– los últimos indígenas de Europa. Lástima que hoy pocos conozcan tan en profundidad este idioma emparentado, por las migraciones de sus ancestros, con el estonio o el húngaro. Estos antaño mal llamados lapps, difíciles de distinguir en estos tiempos del resto de los finlandeses, hablan de hecho más finés que sus propias lenguas, e incluso se mueven como pez en el agua en la de Shakespeare. Por las mismas, ya no viven en tiendas sino en confortables chalets con hilo radiante; de no ser día de fiesta, rara vez lucen sus trajes como del comodín de la baraja y, aunque muchos siguen ganándose el pan con la cría de renos, ya no los pasto rean sobre esquís sino a lomos de una moto de nieve, localizando por los bosques hasta al más despistado de sus animales gracias al chip que sustituyó a las marcas en la oreja con que cada familia, hace no tanto, identificaba a sus rebaños.

También aquí, en el norte más radical, los tiempos han cambiado cosa mala en medio siglo. La que se resiste al cambio es la Naturaleza, que insiste en forrar de blanco el tercio septentrional de Finlandia del otoño a la primavera y, a medida que los días se hacen más y más cortos, vuelve a envolver su región de Laponia con las luces azuladas del kaamos, la noche polar.

MENOS QUINCE Y BAJANDO