Athina y "Doda" ¿el final de una historia de amor?

La única heredera de la dinastía Onassis se ha separado después de 11 años de matrimonio... ¿La ha golpeado otra vez la “maldición de los Onassis”, de la que ella siempre ha querido escapar?

- Por Mari Rodríguez Ichaso

 Hace apenas un año, Athina Roussel Onassis celebraba con felicidad sus 30 años y todos nos alegramos de que la millonaria más discreta del universo hubiera roto el “destino de mala suerte y tragedias” del apellido Onassis. Contrario a lo que fueron su madre Christina; su tío Alexander; su abuelo, el millonario Aristóteles Onassis, y su abuelastra Jacqueline Kennedy Onassis, Athina era enormemente feliz en Brasil.

La razón de esta felicidad era su matrimonio y los entonces 10 años de amor que ella había vivido con el jinete olímpico brasileño Alvaro Alfonso “Doda” de Miranda Neto, de quien estaba locamente enamorada. Por él, Athina cambió su vida 180 grados y le regaló caballos millonarios, mientras se convertía en una especie de moderna geisha, que incluso crió a Viviane, la hija que Alvaro tuvo en una relación anterior con Cibele Dorsa, y al hijo mayor de esta, Fernando, que él adoptó.

A los 17 años, Athina —feliz como nunca antes en su vida— había encontrado el amor, y poco después era dichosa viviendo con “Doda” en Brasil y viajando a competencias ecuestres en todo el mundo, aunque eso significó romper con su padre y su familia. Pero lo más importante para ella fue que pudo huir de la herencia de escándalo y maldiciones que persiguieron a los Onassis, quienes fueron desapareciendo poco a poco de la faz de la Tierra. Una “tragedia griega” como pocas la de la millonaria familia, que Athina quería olvidar.