PROFUNDO CARMESİ

La lujuria, la avaricia o la traición. Lo demoníaco, la lascivia o el peligro. Desde la encarnación de varios pecados hasta la exaltación de la belleza y la hermosura. La Historia del Arte ha recurrido al cabello rojizo como vehículo de expresión… y transformación.

- Ianko López

Jo, la bella irlandesa, una serie de cuatro retratos de Gustave Courbet que muestran a la misma modelo pelirroja Joanna Hiffernan (18431905) mirándose en un espejo.

Empecé a hacer retratos con la intención de fotografiar a gente corriente, y encontré que los pelirrojos son a la vez corrientes y especiales», escribió en 1990 el fotógrafo Joel Meyerowitz en su libro Redheads, un completo catálogo sobre cómo lo extraordinario puede verse desde la perspectiva de lo común y viceversa. A lo largo de la historia, el arte occidental ha recurrido a las distintas tonalidades de cabellos rojizos para aludir a cualidades espirituales o sobrehumanas, pero también otras tan frecuentes y terrenas como la avaricia, la lujuria o la traición. Parece ser que, para el arte, la naturaleza contradictoria del ser humano encuentra en los cabellos anaranjados un vehículo de expresión ideal. Pero en esto, como en casi todo, también ha habido modas y evoluciones.

Junto a estas líneas, La Coiffure, de Edgar Degas (1896).