RENÉE ZELLWEGER ADIOS A BRIDGET JONES

Gracias al entrañable personaje, la intérprete nos recuerda que la vida hay que vivirla a nuestra manera. En estos días se estrena la última entrega de la inolvidable saga que nos ha hecho reír, llorar y reflexionar sobre el amor.

- NONANTZIN MARTÍNEZ

La comedia romántica Bridget Jones: Mad About the Boy, marca el final de una saga que comenzó hace poco más de dos décadas con Renée Zellweger (Texas, 1969), la actriz que conquistó a Hollywood en los 90 y que se convirtió a principios de los 2000 en el referente de la autoaceptación.

En esta cuarta entrega cinematográfica veremos a Bridget como una mamá real de dos hijos, en sus 50 y sobreviviendo a los retos de la vida moderna; ahora es una mujer que ha quedado viuda tras la muerte de su esposo, el entrañable Mark Darcy. Y el amor, como no podía ser de otra manera, volverá a aparecer en su vida de la manera menos esperada.

No podemos mentir, nada nos emociona más que volver a disfrutar de las anécdotas y lecciones de vida de la adorable Bridget, que cierra un capítulo en la vida de Zellweger, pero hoy también queremos hablar del talento y autenticidad de Renée, ganadora de dos premios Oscar –el primero como Mejor actriz de reparto por Cold Mountain (2003) y, el segundo, como Mejor actriz por su interpretación de Judy Garland en Judy (2020)– y una mujer inspiradora.

DE TEXAS A HOLLYWOOD

En una charla con la revista New York, la actriz confesó que la primera vez que la contrataron llevaba puestos unos jeans, botas vaqueras y lucía una melena alborotada, desde entonces, no pretende “encajar” o ser alguien que no es. Con papeles pequeños en producciones como The Return of the Texas Chainsaw Massacre (1994), Renée jamás imaginó que haber sido elegida para interpretar a Dorothy Boyd, en Jerry Maguire (1996), junto a Tom Cruise, cambiaría su vida. La química entre ambos en pantalla y su estupenda actuación la catapultaron al estrellato.