Dos máquinas finlandesas habitan en la parte alta de la planta de Prysmian Group, en Tetla, Tlaxcala, uno de los cinco complejos que la firma italiana adquirió tras la compra de General Cable, a finales de 2018. Cada equipo requirió una inversión de 5 millones de dólares. Son tesoros escondidos de este complejo de tres pisos, pues gracias a éstos es posible producir cable de media y alta tensión (una por cada equipo), lo que le permite a esta planta ostentarse como la única de México que fabrica ambos materiales. La producción de alta tensión está en el último nivel y la de media en el segundo.
Cual si fueran toboganes, el producto desemboca en la planta baja, donde los operadores reciben los cables ya con aislamiento y continúan con el proceso: colocarles el número de serie, enrollarlos en grandes carretes y probarlos en un cuarto especial, al que llaman la Luna. La brillantez de su interior emula un cuarto limpio, diseñado para obtener bajos niveles de contaminación. En la parte baja coexiste la fabricación de cables de baja tensión, de 600 volts. Contrario a las máquinas finlandesas, su elaboración ocurre en el mismo lugar: estirado, cableado, aplicación de plásticos, pantalla y cubierta final.
This story is from the Septiembre 2019 - 283 edition of MANUFACTURA.
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