¡Toca ser más felices QUE NUNCA!

Uno de los mayores desafíos a los que nos han enfrentado estos tiempos tan retantes, es el manejo de las emociones negativas que llegaron como alud. La gran sorpresa es que eso que amenazó con destruir nuestro yo más feliz, puede ser la piedra de toque que nos lleve por el camino contrario.

- Por Maricruz Pineda Sánchez

En el 2005, Richard Layard publicó La felicidad. Lecciones de una nueva ciencia. Con este libro, cuya simplicidad en la portada ya presagiaba de qué iba la cosa, el economista británico experto en desempleo y desigualdad, que se había interesado en saber cuánto influía el aspecto material en la satisfacción personal, nos compartió sus sorpresas y asombros. Layard se había dado a la tarea de averiguar lo que desde varios frentes, la ciencia había descubierto sobre la felicidad. Al poner juntos esos resultados provocó una nueva visión en torno a ese anhelado y escurridizo estado de nuestra mente. De paso, rompió el viejo paradigma. Su libro fue el desencadenante de una oleada de estudios e investigaciones en la materia, que básicamente reforzaron y avalaron las revelaciones sobre su aportación principal: en dónde se origina esta dicha. Y hoy que atravesamos plena reinvención del mundo y de nosotras mismas, buscando eficaces estrategias para sentirnos mejor, mantener el equilibrio y gestionar un nuevo bienestar, volver al origen constituye el hilo de Ariadna1 que nos guiará a la salida del laberinto en el que confinados por la incertidumbre y el miedo, dejamos a la felicidad en vilo.

EXPERIENCIA CONCRETA