Efectos del confinamiento en la salud

Estamos viviendo una situación excepcional. El desconocimiento y la incertidumbre ante la pandemia del Covid19, nos hacen reaccionar desde el miedo y la necesidad de control. Los gobiernos se ven obligados a tomar decisiones que dependen, en su mayoría, de expertos en los que tienen que depositar su confianza. Unos deciden normas extremas como confinamiento general, otros más laxas... Nadie sabe, a priori, qué medidas darán mejores resultados. Vamos aprendiendo de la experiencia en mayor o menor medida sobre la marcha.

- M. DOLORS PALLARÈS

A un así, debemos considerar que no solo es una pandemia en el campo de la salud, también nos afecta en el ámbito laboral, familiar, social y económico. La propia enfermedad y las subyacentes, la muerte sin funeral, la falta de recursos de todo tipo (materiales, físicos, emocionales...). Pasamos a ver un hospital como un lugar de peligro, la escuela en casa como «no escuela», el trabajo online como poca cosa.

Multitud de situaciones diversas que no podemos generalizar, pero que no por ello dejan de ser situaciones reales.

En situaciones de crisis solemos ponernos en alerta; físicamente nuestro cuerpo se activa para poder afrontar y superar esa excepcionalidad y ello conlleva un estrés que no se puede mantener a largo plazo sin afectar la salud. Desde los médicos, enfermeras y todo el personal que ha atendido a enfermos, residencias de ancianos, transportistas y comercios de primera necesidad convertidos en servicio esenciales... Previsto inicialmente para 15 días, se ha alargado uno, dos, tres, cuatro meses y seguimos sin poder relajarnos.

EL CASO DE ROGER

Roger (nombre ficticio) tiene 34 años, vive con su pareja desde hace 3 años, y viene a consulta justo dos días después de salir de urgencias, por lo que él creía que era un ataque al corazón y resultó ser un ataque de ansiedad. El primero en su vida según él.