Miedo – A ser tú mismo (y que nadie te soporte)

(Y que nadie te soporte)

- Por Aura Medina. Ilustración Patricio Betteo

Si hablamos de las heridas que todos traemos desde la infancia y usamos el término niño(a) interior, no es que literalmente traigamos atorados un chamaco adentro. Se trata, más bien, de esa parte vulnerable de nosotros que ha sufrido traumas —tales como represión, traición e invasión en la infancia—, en la época en que la personalidad se forma.

El resultado de todo esto es que nos llenamos de una profunda vergüenza de lo que somos, de lo que hacemos, de lo que pensamos; entonces nos paralizamos por el miedo a mostrarnos. Esa energía aplastante cubre como un gran manto negro y áspero nuestra verdadera esencia. Y la mayoría de nosotros tenemos miedo, qué digo miedo, terror a mostrarla. Por eso adoptamos personalidades falsas y terminamos viviendo una vida de compensación, escondidos detrás de las mascaritas.

Nos escondemos detrás de roles, adoptando personalidades y disfraces: o eres muy bueno y complaciente o te haces la sexy o la tonta. Dependiendo con quién estemos, nos vamos de un extremo a otro, reaccionando, siendo complacientes o indiferentes y así una lista interminable de formas que aprendimos para sobrevivir con esa vergüenza y miedo que llevamos dentro.

¿DE DÓNDE VIENE ESTE MIEDO?

¿Cuáles son las conductas de nuestros cuidadores que nos causaron tanta vergüenza y miedo a ser lo que realmente somos? Aquí algunas extraídas del libro Healing Shame and Shock de Krish y Amana Trobe:

Humillación. Somos seres exquisitamente sensibles y si nuestra integridad no se respeta, desarrollamos la sensación de que no merecemos respeto. Quizá fuimos víctimas de bullying, se burlaban de nosotros, nos ponían apodos, etc. Por eso llegamos a creer que eso somos.