Cuida tu cadera

Shakira tiene la razón, la cadera no miente. Muchas mujeres que se encuentran en forma están escuchando la misma cruda realidad: algo anda mal. WH investiga por qué cada vez más de nosotras sufrimos de problemas de cadera y cómo prevenir que el dolor se apodere de ti.

- Por Amanda Mccracken

Nicole estaba por llegar a sus 30 años, pero sentía como si tuviera la cadera de una señora mayor. Parecía que algo tronaba y se zafaba constantemente. El dolor le recorría desde la espalda baja hasta el centro de su abdomen y cadera. Trotar distancias cortas –algo que no le hubiera costado trabajo hacer en la preparatoria o la universidad cuando era corredora– le resultaba toda una agonía. “Solamente quería pasármela sentada viendo una película o ir a dar un paseo en coche sin que me doliera”, comenta. Dado su historial atlético, los doctores sospecharon que tenía una hernia deportiva, una lesión en el tejido suave de la ingle. Pero cuando le realizaron una cirugía para abordar ese problema su situación simplemente empeoró. Finalmente, hace cinco años, una resonancia magnética identificó que tenía desgarres en los labros, los anillos tipo tapones de cartílago que rodean las cavidades de la cadera que amortiguan y estabilizan la articulación. Su médico dijo que tenía tanta inflamación en la cadera que era como si estuviera “en llamas”. En años recientes ha habido un incremento drástico en el número de mujeres jóvenes que desarrollan dolor de cadera relacionado con actividad actual o pasada. Las tasas de artroscopia de cadera, la cirugía que le hicieron a Nicole, se han incrementado en gran medida, en particular entre personas más jóvenes, mientras que los reemplazos de cadera han aumentado en un 40% entre mujeres de 45 a 54 años.

FACTOR XX