Un eléctrico sencillo

El Opel Astra eléctrico ofrece una movilidad sostenible para todo tipo de conductores: tan sencillo como un Astra normal, pero con más confort

Tanto el eléctrico como los modelos ICE (motores de combustión) comparten plataforma

ALGO COMPLETAMENTE FUERA DE LO COMÚN es como se podría describir a muchos coches eléctricos. Naves espaciales, comparados con los vehículos clásicos con motores de combustión interna que conocemos y nos resultan tan familiares.

Tienen un aspecto muy diferente y son complicados de conducir. O, al menos, requieren un mayor nivel de familiarización.

Cualquiera que esté familiarizado con el Astra, se sentirá como en casa con el eléctrico. Está libre de complicaciones

No es el caso del Opel Astra eléctrico, que nace con los pies en la tierra, porque la marca alemana quiere llevarse por delante a todo el mundo en cuanto a movilidad eléctrica. Y voy directo al grano y sin rodeos: lo consigue. Nueva movilidad sin campanas ni adornos, pero bien hecho.

Asientos deportivos ergonómicos, con 10 posiciones de ajuste el del conductor y 6 el del copiloto

Este coche está basado en una plataforma concebida para motores de combustión (Modular Multi-Energy Platform). Algo que reduce los costes de producción, ya que se fabrica exactamente en la misma línea que sus hermanos con motores de combustible en la planta de Rüsselsheim.

Salvo por los escapes, las diferencias estéticas con los modelos de combustión son mínimas