Pequeñas maravillas

Longines demuestra con el lanzamiento del Mini Dolce Vita que la elegancia está en los pequeños detalles, donde la sutileza supera la opulencia.

- PAOLA CHEDRAUI

CON ACTITUD En página opuesta: relojes Mini DolceVita, de LONGINES; Jennifer Lawrence luciendo pieza de LONGINES.

La Dolce Vita, es aquel concepto en italiano que se traduce al español como “la dulce vida”, pero su significado desenvuelve todo un concepto, un modus vivendi, una actitud de despreocupación y plenitud, un estado de goce. Esta noción abstracta que alcanzó un significado global ha sido retomada por Longines, con su inconfundible línea de relojes de marco rectangular que garantizan una suntuosidad sofisticada. Hoy, la firma se adhiere a las normas del lujo silencioso con el lanzamiento del Mini DolceVita, en un esplendoroso evento que dio a los invitados un deleite digno del nombre del reloj: la dulce vida. El emblema de los nuevos guardatiempos es “la elegancia es una actitud”, a lo que la reconocida embajadora de la firma relojera, la estrella de Hollywood Jennifer Lawrence, le agrega “claro que lo es”. Los Mini DolceVita, decididamente contemporáneos, son la máxima expresión de elegancia llevada a los detalles más mínimos, donde la opulencia es opacada por una distinción que le habla a los conocedores con una voz pausada y firme a la vez. “Creo que la elegancia siempre luce mejor cuando es un poco más sencilla, como un lujo discreto”, asevera la protagonista de la saga de Los juegos del hambre.