Una cuarta parte del territorio neerlandés se encuentra por debajo del nivel del mar, condición que ha tejido su superficie con una red de canales, acequias, pólderes, diques y molinos. Esta ruta descubre los rincones del agua más singulares del sur del país
La estrecha relación entre los neerlandeses y el agua se remonta a la época medieval, cuando comenzó a construirse un complejo sistema de drenaje de agua que ha ido sofisticándose a lo largo de los siglos, robándole terreno al mar y creando una de las obras de ingeniería civil más destacadas del mundo. Cinco de los nueve sitiosdeclarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en los Países Bajos tienen relación con esta ingente labor: la antigua isla de Schokland, el conjunto urbano histórico de los canales de Ámsterdam, el pólder de Beemster, el más antiguo de los terrenos ganados al mar en los Países Bajos, los molinos de Kinderdijk y la impresionanteestación de bombeo de Wouda (woudagemaal.nl), la máxima contribución de los ingenieros y arquitectos holandeses a la protección contra la fuerza natural del agua. El drenaje constante no solo evita la entrada del mar sino también la inundación por el agua de los ríos que cruzan su territorio, como es el caso del Rin, que desemboca en la ciudad de Róterdam, el puerto de mayor tráfico de Europa y el segundo del mundo. Precisamente en este punto comienza esta ruta por el sur de los Países Bajos, un recorrido que descubre por igual pasado y presente.
Bu hikaye Lonely Planet Traveller - España dergisinin Julio - Agosto 2017 sayısından alınmıştır.
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