Una Cabeza por Encima del Resto - Los sombreros están resurgiendo y no sólo en Brooklyn. Presentamos cómo Optimo crea los mejores del negocio.

Graham Thompson siempre se ha sentido atraído por las cosas bien hechas del mundo antiguo. El cine noir que veía con su papá encendió la chispa de su fascinación por los sombreros. A los 16 años, este nativo de Chicago conoció a Johnny Tyus, un reconocido maestro sombrerero del barrio South Side, una de cuyas fedoras fue utilizada por Robert De Niro en la película Los Intocables, de Brian de Palma (1987). Luego de terminar la universidad, Thompson estudió con Tyus durante siete años y aprendió los fundamentos de esta artesanía hasta que su mentor se retiró. Thompson compró entonces el equipo de su antiguo maestro, fundó la compañía de sombreros Optimo en 1996 y ahora opera su propia tienda en el edificio Monadnock en el centro de Chicago. Con el regreso de la vestimenta atemporal, Thompson asegura que la industria está más ocupada de lo que ha estado en décadas y la noción de que sólo una generación más vieja usaría algo distinto a una gorra "está desapareciendo."

Graham Thompson siempre se ha sentido atraído por las cosas bien hechas del mundo antiguo. El cine noir que veía con su papá encendió la chispa de su fascinación por los sombreros. A los 16 años, este nativo de Chicago conoció a Johnny Tyus, un reconocido maestro sombrerero del barrio South Side, una de cuyas fedoras fue utilizada por Robert De Niro en la película Los Intocables, de Brian de Palma (1987). Luego de terminar la universidad, Thompson estudió con Tyus durante siete años y aprendió los fundamentos de esta artesanía hasta que su mentor se retiró. Thompson compró entonces el equipo de su antiguo maestro, fundó la compañía de sombreros Optimo en 1996 y ahora opera su propia tienda en el edificio Monadnock en el centro de Chicago. Con el regreso de la vestimenta atemporal, Thompson asegura que la industria está más ocupada de lo que ha estado en décadas y la noción de que sólo una generación más vieja usaría algo distinto a una gorra "está desapareciendo."

Con sólo siete empleados, Optimo hace toda su manufactura en una vieja estación de bomberos remodelada. Crear sus sombreros es un proceso tan laborioso que requiere maquinaria especial de los años 30 y 40, que Thompson considera la edad de oro del oficio. Cuando la popularidad de la industria comenzó a declinar, hubo un severo deterioro en calidad y elegancia, por imitar las maneras de las corbatas de clip, explica. "Ha sido una caza del tesoro conseguir estas herramientas y máquinas para elaborar un sombrero de calidad que se había extinguido."