Por esto creo en la oración

Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

- SIXTO RAMÍREZ

Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. (Mateo 6:6, 7)

Cuando necesitamos algo, le pedimos a quien tiene o puede solucionar nuestra necesidad. Y si se trata de un milagro, sé que sólo tenemos que hablar con Dios, aunque no es la única razón por la que buscamos tener contacto o comunión con Él. Ese contacto o acercamiento con el Creador, que es la razón de todo lo que existe, se logra a través de la oración.

También en mi trayectoria en el ministerio he aprendido que hay muchas razones para orar, y sólo quiero señalar las siguientes: la primera es porque necesitamos estar conectados con la fuente de la vida. El éxito o logros en el ministerio viene en proporción a la comunión que mantengamos con nuestro Señor a través de la oración. Segundo, porque he hallado en la vida de mi Señor, el modelo o parámetro de la vida cristiana. La oración fue algo que Él hacía constantemente antes de tomar una decisión, antes de iniciar un día de actividades o al terminar la jornada. Debemos orar si queremos cumplir con todo el consejo de Dios.

Tercero, por las experiencias vividas que me han enseñado que Dios verdaderamente responde a la oración. Esto sucede cuando Le pedimos por algún suceso en la vida donde sabemos que la única esperanza de solución se encuentra en Él.

Conectados con nuestro Creador