OPERACIÓN LONDON BRIDGE

Sabíamos que llegaría el día en que la reina Isabel Il partiría, pero aún así fue una triste noticia que tomó al mundo › por sorpresa. . Se merecía una muerte tranquila, serena, en casa y con los suyos, muy similar al final que vivió su queridísimo padre, el rey Jorge VI, sólo que él en Sandringham House en 1952. Aquí el recuento de los eventos que se produjeron aquel jueves 8 de septiembre cuando se fue la más grande de todas las monarcas de la historia, momentos que hoy ya forman parte de la historia.

- ERIKA ROA

Trece centígrados de temperatura y algunas nubes rosadas aparecie-ron en el horizonte ese día. Sin duda, los amaneceres en Escocia son únicos. Dieciséis grados fue la máxima temperatura que se sintió el 8 de septiembre. Era un día fresco.

En el castillo de Balmoral el movimiento de la servidumbre suele comenzar pasadas las siete de la mañana, aunque la reina de Inglaterra se despertaba a las nueve en punto. Antes de que se viera interrumpida la tradición en 2020 por la pandemia, el gaitero Scott Methven era el encargado de levantarla cuando se apostaba bajo la ventana del dormitorio real y durante 15 minutos tocaba la gaita, después, la responsabilidad de despertar a la monarca recayó en el ama de llaves, por supuesto, sin tanto ritmo.

Ese fue, quizás, el momento en el que se percataron de que la soberana inglesa no estaba nada bien, por lo que llamaron a su médico de cabecera, el profesor sir Huw Thomas, director del departamento médico de Palacio desde 2014, quien el año pasado fue investido caballero tras recibir la Real Orden Victoriana.